Tenemos que aprender a depender solo de Dios,
Él tiene un plan único y perfecto para cada uno de nosotros.
Si ponemos todos nuestros asuntos en las manos de Dios él lo hará, pero tenemos que entender que lo ara en el tiempo de Dios, no en el nuestro.
Seamos dependientes de Dios y dejemos que él actué.
“Alzare mis ojos a los montes,
¿De donde vendrá mi socorro?
Mi socorro viene de Jehová
Que hizo los cielos y la tierra”
Salmo 121:1-2
AMEN