Estemos atentos y escuchemos la voz de Dios. La palabra de Dios, es palabra viva y edificante, si la guardamos en nuestro corazón, nos trae vida, restaura nuestra alma y es medicina para todo nuestro cuerpo.
“Hijo mío, esta atento a mis palabras;
Inclina tu oído a mis razones.
No se aparten de tus ojos;
Guárdalas en medio de tu corazón;
Porque son vida a los que las hallan,
Y medicina a todo su cuerpo.”
Proverbios 4:20-22
Amen