Empieza el 2011, como cada principio de año, la mayoría de personas hacen propósitos para el nuevo año. Dejar de fumar, apuntarse al gimnasio, empezar la dieta..... y muchas más.
Pero que mejor propósito que aferrarse a Dios, él es el único que nunca nos va a fallar y que siempre estará a nuestro lado. Solo tenemos que creer y confiar en él.
Tenemos que confesar con nuestra boca y creer en nuestro corazón y seremos salvos.
“Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levanto de los muertos serás salvo.
Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.”
Amen