Somos luz en medio de las
tinieblas.
Y como el diamante cada
vez que dejamos que Dios
Nos vaya transformando y
puliendo brillamos más y más.
Deja que sea Dios quien tome
el control de tu vida y Brilla y resplandece.
“Dios, que mando que de
las tinieblas resplandeciese la luz,
Es el que resplandeció en
nuestros corazones,
Para iluminación del
conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo.”
2 Corintios 4:6
ALELUYA