La tristeza y el temor no vienen de Dios.
Son enemigos muy poderosos que tenemos que echar fuera.
Por eso cuando intente entrar en ti la tristeza y el temor
Clama a Dios.
Alábalo, adórale.
Y deja que el gozo de Dios llene tu vida.
Dios te dice:
“Clama a mí,
Y yo te responderé,
Y te enseñare cosas grandes y ocultas
Que tu no conoces.”
Jeremías 33:3
ALELUYA