El orgullo, la soberbia, la altivez, solo sirven para crear un muro que nos separa de las personas. Es una atadura que Satanás utiliza para apartarnos de Dios.
Por eso entrégale el orgullo a Dios y pídele que té de un carácter conforme a su voluntad. Deja que sea Dios quien moldee tu vida.
“La soberbia del hombre le abate;
Pero al humilde de espíritu sustenta la honra”
Proverbios 29:23
Amen