Todos nosotros estamos sucios por el pecado que nos cubría y cuando aceptamos a Jesús como nuestro señor y salvador. Él nos limpio con su sangre de todo pecado y al bautizarnos en agua, el hombre viejo quedo ahogado y somos hechos nuevas criaturas y ya somos hijos de Dios.
No nos olvidemos que Jesús ya pago por nosotros y somos mas que vencedores gracias a Jesús.
“Venid luego dice Jehová, y estemos a cuenta; si vuestros pecados fueren como la grama, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.”
Isaías 1:18
Amen